PROCLAMA DEL UNIVERSITARIO NAHÚM
HIDALGO ARBILDO.
Al asumir el cargo de Secretario
General del ARE-Medicina, presento mi saludo reverente al Altísimo, al Pabellón
nacional de la UNAP y a las banderas de lucha del ARE de las diferentes facultades
de nuestra Universidad.
En segundo término, también presento mi saludo y reconocimiento a todo
el alumnado y amigos, sin distinción de credos políticos, por la noble tarea que
realizan en provecho de la UNAP.
También presento mi saludo a todos nuestros militantes, simpatizantes y
seguidores del ARE-Medicina, por su valiosa contribución bajo los principios de
una inalterable unión y fraternidad, común denominador de los hombres y mujeres
de bien.
Hoy en día todos estamos viviendo un momento de felicidad, pero nos
espera un arduo trabajo que estoy seguro sabrán llevar a cabo con la entereza y
la gallardía que siempre han tenido todos los integrantes del ARE. La grandeza
de los partidos políticos no se da por la cantidad, se da por la cuota de sacrificio
en provecho plural y no estamos para servirnos del puesto, estamos para servir
a todos.
A partir de la fecha doy directivas claras a la Junta Directiva que me
acompaña, las cuales serán los pilares fundamentales de nuestro accionar: la
Organización, el trabajo en Equipo y la Comunicación.
Ya estamos llegando al lugar de nuestro destino y solo falta que el
valor consuma la obra de la constancia; recordad que toda la población
universitaria os contempla y que sus grandes esperanzas dependen de todos
nosotros, la moralidad, la disciplina y el coraje os han distinguido siempre,
donde quiera que los más desfavorecidos han implorado vuestro auxilio. El mundo
envidiará vuestro destino, si observan la conducta y la disciplina que siempre
fomentan; el clamor de los pueblos así lo exige.
Vosotros, que habéis elegido la senda del bien, hoy tienen las puertas
abiertas para vencer paradigmas y no necesitan sino entenderse para buscar el
bien común por el éxito de nuestros ideales. Pero si no escuchan los sanos
consejos que salen de lo más íntimo del corazón, más temprano que tarde, el Supremo
Hacedor del Universo y la posteridad, os demandaran; el foro está abierto para
todos y desde ahí podréis dar a conocer vuestros pedidos y sugerencias.
Con ésta esperanza, ustedes están destinados a recibir los laureles de
la gloria y la victoria, pues son los llamados a continuar la gran obra que
emprendieron nuestros antecesores y para no dilatar este feliz instante,
agradezco a todos los compañeros y compañeras que con su voto me permitirán establecer
nuestro norte y realizar lo que establezca la novísima Junta Directiva, pues
mis intenciones no son dirigidas a otro fin que a favorecer la prosperidad y el
engrandecimiento de nuestro partido, el ARE.
¡VIVA EL ARE!
¡VIVA LA FACULTAD DE MEDICINA!
¡VIVA EL PERÚ!
Iquitos, 12 Agosto 2 013.
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