Yira, amiga íntima del Nahúm.
Ruth, amiguita del Cebú.
Marina, amiga íntima del "cuello duro".
Brenda, amiga íntima del Andy Tejedo.
EVOLUCIÓN DE LA FORMA
DE MEDIR LA PRESIÓN ARTERIAL (colaboración de la universitaria Jeanet del ARE).
La más antigua versión que existe
sobre la circulación de la sangre proviene de China, en el Nei Ching (2 600
AC), Canon de Medicina para el corazón. “La corriente fluye en un círculo continuo
y nunca se detiene. La explicación que dieron los chinos fue en base a la
observación y el razonamiento, lo que fue confirmado por Harvey valiéndose del
examen anátomo-patológico y de la experimentación fisiológica. El examen del
pulso fue la técnica diagnóstica más usada en la antigua China, donde el médico
palpaba el pulso del paciente en ambas arterias radiales y lo comparaba con su
propio pulso, comprobando y anotando los hallazgos del examen que pudieran
tener influencia en la alteración de la onda pulsátil. La onda del pulso fue el
primer contacto de la onda de presión. En las cartas publicadas en China entre
los siglos V y VI A.C. sobre los “secretos del pulso”, se describen sus
múltiples variedades de presentación junto con su correspondiente interpretación
semiológica.
Tuvo que pasar mucho tiempo para que
el clérigo Sthephans Hales recomenzara los estudios sobre la onda de presión.
Combinaba sus estudios académicos en ciencias naturales con la observancia de
la doctrina de la “edad de la razón basada en la fe”. Hales fue el primero en
obtener un registro directo de la presión arterial, basado en un experimento en
la arteria femoral de una yegua donde logro insertar un tubo hueco al que
adaptó una larga columna de vidrio graduada. El Reverendo quedó sorprendido al
observar que la columna de sangre subía hasta una altura de 2,5 metros. El
mérito de Hales no descansa únicamente en la novedad del método, sino en la
trascendencia biomédica de su hallazgo. El procedimiento permitió medir no sólo
la fuerza capaz de movilizar la sangre en el interior del cuerpo, sino
establecer con precisión que el latido era rítmico. La cúpula de ascenso de la
onda de presión arterial era sincrónica con la contracción del corazón y su
nivel más bajo coincidía con la relajación de éste, períodos que relacionó con
el mayor o menor volumen y resistencia que las arterias oponen al paso de la
sangre en ambas fases.
Luego de casi un siglo, Pouiselle en
1 728, utilizó un manómetro de mercurio conectado a una cánula, a la que agregó
carbonato de potasio, a fin de evitar la coagulación sanguínea. Este investigador
científico, médico y físico, no sólo perfeccionó el método de registro, sino
que fue el autor de la fórmula que rige las leyes físicas de la presión
arterial. Luego, Faivre fue el primero en medir la presión intra-arterial en el
ser humano usando el hemodinamómetro de mercurio de Pouiselle.
El primer registro directo de presión
fue realizado por Carl Ludwig en un quimógrafo en 1 847. Posteriormente, Samuel
von Basch, después de una serie de tentativas, logró fabricar un manguito que
se inflaba con agua, el que comprimía gradualmente la arteria radial hasta
obliterarla. Potain, en 1 889, sustituyó el agua por aire y empleó un bulbo de
goma para comprimir la onda del pulso.
En 1 896, Riva-Rocci perfecciona la
técnica de registro mediante una bolsa de goma inflada con aire, envuelta en un
manguito inextensible conectado a una columna de mercurio. El manguito rodeaba
el brazo en su porción proximal y la presión se registraba por palpación: la
sistólica coincidía con la aparición del latido y la diastólica con su brusco
descenso.
Nicolai Korotkoff, un pionero en
cirugía cardiovascular graduado en la Universidad de Moscú, había descubierto
que el diagnóstico diferencial entre un aneurisma arterial y un tumor sólido se
hacía con mayor facilidad por auscultación que por palpación. En 1 905 resuelve
aplicar sus pericias acústicas a las técnicas, aún rudimentarias, de medición
de la presión arterial. Una arteria ocluida no emite ruidos y el primer tono débil,
que corresponde al paso inicial de sangre bajo el manguito, señala la presión
sistólica o máxima. Si se descomprime gradualmente el manguito, llega un
momento en que desaparecen los sonidos, lo que indica el libre paso de sangre
por debajo de éste y corresponde a la presión diastólica o mínima. El
procedimiento llegó a tener tal consistencia y precisión en pacientes normales
como hipertensos, que se difundió con rapidez. El manómetro de mercurio sigue
siendo hasta hoy el patrón de medida más confiable para el registro de la
presión arterial.
Xica, amiga del Chupohuaranga.
Anita, amiga del Vampirillo.
Florita, admiradora del Andy Rengifo P.
Silvanita, amiguita del Espaldín.
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