domingo, 25 de agosto de 2013

EVOLUCIÓN DE LA FORMA DE MEDIR LA PRESIÓN ARTERIAL.

 Alice y Magda, amiguitas de Magaly TBC.

 Yira, amiga íntima del Nahúm.

 Ruth, amiguita del Cebú.

 Marina, amiga íntima del "cuello duro".

 Brenda, amiga íntima del Andy Tejedo.

EVOLUCIÓN DE LA FORMA DE MEDIR LA PRESIÓN ARTERIAL (colaboración de la universitaria Jeanet del ARE).

La más antigua versión que existe sobre la circulación de la sangre proviene de China, en el Nei Ching (2 600 AC), Canon de Medicina para el corazón. “La corriente fluye en un círculo continuo y nunca se detiene. La explicación que dieron los chinos fue en base a la observación y el razonamiento, lo que fue confirmado por Harvey valiéndose del examen anátomo-patológico y de la experimentación fisiológica. El examen del pulso fue la técnica diagnóstica más usada en la antigua China, donde el médico palpaba el pulso del paciente en ambas arterias radiales y lo comparaba con su propio pulso, comprobando y anotando los hallazgos del examen que pudieran tener influencia en la alteración de la onda pulsátil. La onda del pulso fue el primer contacto de la onda de presión. En las cartas publicadas en China entre los siglos V y VI A.C. sobre los “secretos del pulso”, se describen sus múltiples variedades de presentación junto con su correspondiente interpretación semiológica.

Tuvo que pasar mucho tiempo para que el clérigo Sthephans Hales recomenzara los estudios sobre la onda de presión. Combinaba sus estudios académicos en ciencias naturales con la observancia de la doctrina de la “edad de la razón basada en la fe”. Hales fue el primero en obtener un registro directo de la presión arterial, basado en un experimento en la arteria femoral de una yegua donde logro insertar un tubo hueco al que adaptó una larga columna de vidrio graduada. El Reverendo quedó sorprendido al observar que la columna de sangre subía hasta una altura de 2,5 metros. El mérito de Hales no descansa únicamente en la novedad del método, sino en la trascendencia biomédica de su hallazgo. El procedimiento permitió medir no sólo la fuerza capaz de movilizar la sangre en el interior del cuerpo, sino establecer con precisión que el latido era rítmico. La cúpula de ascenso de la onda de presión arterial era sincrónica con la contracción del corazón y su nivel más bajo coincidía con la relajación de éste, períodos que relacionó con el mayor o menor volumen y resistencia que las arterias oponen al paso de la sangre en ambas fases.

Luego de casi un siglo, Pouiselle en 1 728, utilizó un manómetro de mercurio conectado a una cánula, a la que agregó carbonato de potasio, a fin de evitar la coagulación sanguínea. Este investigador científico, médico y físico, no sólo perfeccionó el método de registro, sino que fue el autor de la fórmula que rige las leyes físicas de la presión arterial. Luego, Faivre fue el primero en medir la presión intra-arterial en el ser humano usando el hemodinamómetro de mercurio de Pouiselle.

El primer registro directo de presión fue realizado por Carl Ludwig en un quimógrafo en 1 847. Posteriormente, Samuel von Basch, después de una serie de tentativas, logró fabricar un manguito que se inflaba con agua, el que comprimía gradualmente la arteria radial hasta obliterarla. Potain, en 1 889, sustituyó el agua por aire y empleó un bulbo de goma para comprimir la onda del pulso.

En 1 896, Riva-Rocci perfecciona la técnica de registro mediante una bolsa de goma inflada con aire, envuelta en un manguito inextensible conectado a una columna de mercurio. El manguito rodeaba el brazo en su porción proximal y la presión se registraba por palpación: la sistólica coincidía con la aparición del latido y la diastólica con su brusco descenso.


Nicolai Korotkoff, un pionero en cirugía cardiovascular graduado en la Universidad de Moscú, había descubierto que el diagnóstico diferencial entre un aneurisma arterial y un tumor sólido se hacía con mayor facilidad por auscultación que por palpación. En 1 905 resuelve aplicar sus pericias acústicas a las técnicas, aún rudimentarias, de medición de la presión arterial. Una arteria ocluida no emite ruidos y el primer tono débil, que corresponde al paso inicial de sangre bajo el manguito, señala la presión sistólica o máxima. Si se descomprime gradualmente el manguito, llega un momento en que desaparecen los sonidos, lo que indica el libre paso de sangre por debajo de éste y corresponde a la presión diastólica o mínima. El procedimiento llegó a tener tal consistencia y precisión en pacientes normales como hipertensos, que se difundió con rapidez. El manómetro de mercurio sigue siendo hasta hoy el patrón de medida más confiable para el registro de la presión arterial.

 Albany, admiradora del Muerto.

 Xica, amiga del Chupohuaranga.

 Anita, amiga del Vampirillo.

 Florita, admiradora del Andy Rengifo P.

Silvanita, amiguita del Espaldín.

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